El que no vuelve la mirada a Dios por amor, lo tendrá que hacer por dolor.

Los que lo entendemos así, tratamos a toda costa de evitar el sufrimiento y tendemos a dar lo mejor de nosotros mismos cada día, en todo y para todos. Sin embargo, los que aún no lo han entendido repiten y repiten los mismos errores que les traen dolor y sufrimiento a su vida y se convencen a sí mismos que ese ya es su destino.

Relaciones tóxicas, orgullos, egolatría, trabajos poco agradables, deudas, chismes, odios, rencores, avaricias, hipocresías, miedos, son sólo unas cuantas cosas en la lista de Decisiones Tóxicas que te llevan una y otra vez a la Infelicidad.

No obstante, cambiar esas actitudes te llevará del otro lado del péndulo. La vida es justa o injusta, según el lado que decidas verla.

Pide guía divina para tomar mejores decisiones. En lo personal tengo un método que utilizo cuando tengo que tomar decisiones importantes para mi vida.

Pido ayuda al Padre Eterno para saber lo que tengo que hacer, me relajo, medito, tomo mi tiempo y confío plenamente en que la decisión que yo he tomado es la correcta porque fue la que Dios puso en mí.

Y me funciona a la perfección. Incluso, aunque a veces no lo entienda de momento, más tarde todo toma sentido.

La frustración te aleja de las respuestas de Dios, eso es totalmente verídico. La relajación y la fe te darán las respuestas correctas.

Pero bien, si no volteas la mirada hacia Dios por amor, tendrás que pasar por cosas desagradables en tu vida: Malas relaciones, accidentes, enfermedades, injusticias laborales o familiares, etcétera, para ver si de esa forma logras voltear la mirada a Dios.

A eso tú le llamarás «mala suerte» o que «Dios y la Vida es injusta», pero no… No fue Dios, ni la Vida, ni la suerte la que te ha golpeado fuertemente, es la falta de enfoque en las cosas que te acercan al Creador.

Decídete a pensar siempre bien, a actuar siempre bien y hacer siempre el bien sin mirar a quien.

Porque siempre, siempre, siempre la mejor decisión será trabajar para el Único Dios, el Dios de Amor Absoluto, tomando decisiones que te acerquen a Él por Amor y que no tenga que ser por Dolor.

Carlos D’ Ortíz