Pequeñas Oraciones De Gran Poder

¡Oh, Señor Jesús! Tú dijiste que todo lo que pidiera en tu santo nombre tú lo harías para el honor y la gloria del Padre, por eso en tu santo nombre te pido que intercedas por mis peticiones ante Nuestro Padre Eterno para que escuche la oración de mi corazón.
Oh, Padre Eterno, en el nombre de Nuestro Señor Jesucristo a quien has resucitado a la vida después de la muerte y se encuentra sentado a tu derecha en el Reino De Los Cielos, te pido que escuches mis oraciones que te presento desde lo más profundo de mi corazón.
—Te agradezco, oh, Padre Eterno, que me ayudes a aceptar tu santa voluntad y no insistir en que se haga la mía. Porqué tú sabes mejor que yo lo que mejor me conviene con tal de cumplir con el propósito para el cual me has envíado a este mundo.
—Te agradezco, oh, Padre Celestial, que me ayudes a identificar y erradicar todos esos pensamientos negativos que son las voces de terceros fuentes que no me permiten escuchar tu voz, y a causa de eso me alejan de tu divina luz que fluye en mi interior.
—Te agradezco, oh, Ser Divino, que me ayudes a escuchar e identificar tu voz que me habla desde lo más profundo de mi interior, así cómo el Verbo De Dios que es; la palabra y la acción.
—Te agradezco, oh, Luz de mi Alma, que quites de mi corazón todos esos sentimientos negativos que son las cortinas negras que cubren y no me permiten ver tu divina luz.
—Te agradezco, oh, Señor, que bendigas mi vida y la vida de todos mis seres queridos y nos ilumines con tu bendita luz.
—Te agradezco, oh, Padre Bueno, que bendigas y protejas a mis hijos y los guíes por el buen camino que los lleva de regreso a tu casa. Ellos me aman, yo los amo, nosotros te amamos y tú nos amas, Padre Bueno.
—Te agradezco, oh, Dios de Amor, que hayas protegido a mi corazón de todas las decepciones amorosas y lo conserves lleno de amor para Ella, la mujer que creaste especialmente para mí, y para la cual me creaste especialmente para Ella. Ella me ama, yo la amo, nosotros te amamos y tú nos amas, nuestro Dios de Amor.
—Te agradezco, oh, Padre Misericordioso, que perdones todos mis errores y que me des la oportunidad de transmutar en experiencias cada uno de esos errores cometidos en mi pasado.
—Te agradezco, oh, Dios Omnipotente, que me des la fortaleza y la sabiduría para traer el pan nuestro de cada día a mi mesa y de los que dependen de mí.
—Te agradezco, oh, Médico del Alma, que protejas a mi cuerpo y el de mis seres queridos para que siempre tengamos una salud espléndida y abundante.
—Te agradezco, oh, Dios Creador de La Familia, que siempre bendigas a mi familia conformada por Ella, la mujer que creaste especialmente para mí y por nuestros hijos.
—Te agradezco, oh, Dios de Abraham, que me pongas en mi corazón toda la fe necesaria para superar todas las pruebas que me pueda poner El Adversario para hacerme dudar de tu Amor.
—Te agradezco, oh, Padre Bondadoso, que me ayudes a manejar con sabiduría todas mis finanzas y me enseñes a aprovechar de todos mis talentos para monetizarlos y atraer opulencia a mi vida.
—Te agradezco, oh, Padre Misericordioso, que me ayudes a perdonar a todos los que me han ofendido para librarme de todo aquello que pesa en mi corazón.
—Te agradezco, oh, Dios de Amor, que me enseñes a amarte, amarme y amar al prójimo. Por hacerme entender que quien te ama se ama, y quien se ama, ama al prójimo. Por qué todos somos uno contigo.
—Te agradezco, oh, Padre Humilde, que me des la oportunidad de ayudar a otros a encontrar el camino de la paz que los lleva de regreso a tu casa celestial.
—Te agradezco, oh, Dios, mi guía, que hayas enviado a todos esos maestros que nos han enseñado el camino de regreso a tu casa celestial, pero especialmente, por haber enviado al Gran Maestro Jesús, que aun sabiendo que los hombres faltos de fe acabarían con su vida terrenal, nunca falló en su fe, en su amor y en su perdón hacia a sus semejantes.
Este soy yo, Padre Eterno, yo soy uno más de tus hijos en busca del sendero de la verdad para volver una vez más a estar cerca de ti en el reino de los cielos.
Amén

Deja un comentario