Tanto que hizo la vida para hacernos coincidir para que tú y yo lo écharamos todo a perder. Tú con tu indecisión y yo con mi impaciencia.

Fueron tantas las señales que nos daba el Universo con las cartas sobre la mesa. Pero supongo que no estuvimos capacitados para entender del todo ese elevado nivel de consciencia. Ironías de la inmadurez, peor que en la adolescencia.

Ambos nativos de tierras lejanas y cuando la vida decide ponernos en las mismas coordenadas, ignoramos las señales por el destino entregadas.

Ahora estamos tan lejos y la geografía nos es el motivo, la causante es nuestra inconsciencia y no entender que tu alma y la mía fueron creadas para fundirse en el mismo nido.